La carne roja contiene proteínas de óptima calidad, hierro, cinc, fósforo, vitaminas A y del complejo B: tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina y B12. Tanto el hierro como esta vitamina participan en la formación de glóbulos rojos, por lo que es recomendable consumirla en casos de anemia.El cinc y la vitamina A ayudan a la absorción del hierro. Es un alimento muy nutritivo.
Entre los aminoácidos de sus proteínas está la creatina, requerida para generar energía a nivel muscular, importante para levantamiento de pesas.
Algunas enfermedades como aterosclerosis, dislipidemias (colesterol, triglicéridos altos), ácido úrico elevado o gota, se han relacionado con el consumo de carne, vale aclarar que es menos probable que estas ocurran si se consume moderadamente y en el contexto de una alimentación equilibrada, saludable, que incluya poca grasa añadida, suficiente fibra, carbohidratos, verduras y frutas.
Conviene combinarla con proteína vegetal como frijoles, gallopinto y alimentos de otros grupos: pastas, papas, tortilla, lechugas, tomate, repollo, brócoli, zanahoria y otros. Se recomienda comer una porción de cuatro a seis onzas al menos dos veces por semana, mejor si es carne magra y no procesada.
Prefiera las formas de preparación que no requieren grasa: asada, horneada, cocida, a la plancha o a la parrilla.