MIND y Alzheimer

Ayer se celebró el día mundial del Alzheimer. Esta enfermedad afecta no solo al que la padece sino a la familia y la sociedad. El Alzheimer y el deterioro cognitivo tienen múltiples factores de riesgo, se reconoce que la nutrición juega un papel importante en su prevención y tratamiento.

Estudios realizados por especialistas en neurología demuestran que quienes consumen la dieta MIND (frutas, verduras, carnes blancas, grasa poliinsaturada, lácteos descremados, poca sal y evitan dulces, galletas, reposterías, alimentos procesados como jamones, embutidos y otros) pueden preservar la memoria.

Este tipo de dieta está indicada para controlar el peso, la obesidad, la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. Padecer cualquiera o varias de estas enfermedades crónicas te pone en mayor riesgo de Alzheimer. Realizar ejercicios por treinta minutos tres veces por semana y una dieta saludable como MIND te ayudará a prevenir o retardar el desarrollo de la enfermedad.

Si tenés un familiar o amigo con Alzheimer, esta persona también necesita alimentación nutritiva que incluya las vitaminas antioxidantes como las vitaminas A, E y C que protegen al cerebro del daño que causan los radicales libres, por eso debes incluir en su alimentación frutas y verduras como ayote amarillo, zanahoria, mango maduro, naranja, bróculi, espinaca, toronja, mandarina, aceite de soya, linaza molida, chía y pescado que además proveen omega 3, un ácido graso esencial, indispensable para el funcionamiento del cerebro.

Los alimentos ricos en proteínas de alto valor biológico como huevo, pescado, pechuga de pollo, lomo o posta de cerdo sin grasa, leche, yogur y quesos descremados no pueden faltar porque estos alimentos aportan sustancias indispensables para la transmisión de los impulsos nerviosos en el cerebro. De igual forma los frijoles, otros granos y cereales integrales apoyan el buen funcionamiento cerebral.

Muchas personas que padecen de Alzheimer tienen problemas para comer. Olvidan si ya comieron, pueden pedir que le sirvan de nuevo o pueden suprimir algún tiempo de comida, también pierden el apetito o la habilidad para evaluar si la comida está caliente o fría. En casos más avanzados puede olvidar masticar o deglutir.

Tenemos que adecuar la alimentación saludable a las condiciones de cada persona. Establecer horario de comidas principales y meriendas, adaptar la consistencia de los alimentos a sus necesidades, preparar puré o mogos si lo requiere, presentar los alimentos de forma apetitosa, verificar que no tenga problemas dentales o de visión que le impidan comer. Recordá las preferencias de la persona y servirle lo que le gustaba.

Proporciona un ambiente agradable, disminuí las distracciones, evitá la confusión a la hora de comer, en la medida de lo posible procurá que siga usando cubiertos o cuchara, prevení cualquier accidente, usa platos plásticos y cubiertos de metal, tienen menos riesgos de quebrarse.

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